Queridas amigas quiero compartir esta lectura esta muy interesante.....
Lo mejor es ¡YA! ....Juan Carlos Caramés Paz.
Mucha gente cree en el futuro. Hasta existen pronosticadores. Los llaman profetas, visionarios, adivinadores, etc..
Pocos saben, que el presente es hoy. Y que hoy, es una consecuencia de ayer. No importa si es tarde, no importa si es temprano. Hoy es hoy, y eso vale todo. Hoy significa que estás vivo, y que todo, desde este instante, puede ponerse mejor. El primer paso, es creérselo.
La vela.
Se cuenta que un noble de la historia de la humanidad había cumplido setenta años. Tenía un músico ciego también de avanzada edad, que además era su confidente.
Un día, como cualquiera, el noble se lamentó.
¡Qué pena ser tan mayor!
Ahora, aunque quisiera estudiar y emprender la lectura de libros importantes, ya es demasiado tarde para ello.
El músico ciego quedó callado, pensando en lo escuchado. Y de la nada preguntó: ¿Por qué no enciende la vela?
El noble se quedó perplejo con aquella respuesta. ¿Es que su súdbito trataba de mofarse de él?
Dijo: ¿Cómo te atreves, osado, a bromear así conmigo?
La irritación del noble era evidente.
Jamás bromearía un pobre músico ciego como yo con esos asuntos. Nunca osaría una cosa tal, pero prestadme un poco de atención.
El noble se calmó, y el músico ciego dijo:
He oído decir que si un hombre es estudioso en su juventud, se labrará un futuro brillante como el sol matinal. Si estudia cuando ha llegado a una edad mediana, será su futuro como el sol de mediodía.
Si empieza a estudiar en la ancianidad, lo será como la llama de una vela. Aunque la vela no es muy brillante, por lo menos es mejor que andar a tiendas en la oscuridad.
Ese mismo día el noble comenzó a estudiar. Y ese mismo día, puede ser tu HOY.
El segundo paso, para entender que lo mejor es ¡YA!, es comenzar. Simplemente dar el primer paso.
Pero ante de darlo, es importante sanar algo que mucha gente hace sin darse cuenta. Y digo sanar, porque verdaderamente enferma hasta el espíritu.
Cantidad de personas se la pasan pensando de sí mismos muchas cosas negativas. Mucha gente cree, estar convencida, de que no sirve para algo mejor. Y es cierto, cuando te lo crees. Así trabaja el cerebro. Y nosotros, simplemente, elegimos. Allí está el detalle.
El poder de tu pensamiento es siete veces más poderoso que la influencia de alguien.
Cuando te dices a ti mismo, algo bueno o malo, el cuerpo y la mente se lo cree siete veces más, que si te lo dijera otra persona, inclusive hasta si fuera tu enemigo.
Este dato es importantísimo. Es un nuevo descubrimiento universal.
Cuando yo me quejo, el cuerpo se lo cree siete veces más.
Cuando yo me insulto, esa grosería que a mi mismo me digo, el cuerpo se lo cree siete veces más, a que si alguien lo hiciera.
Cuando dudo de mí, es verdaderamente preocupante, porque esa duda te la crees siete veces más.
Por ello es clave hablarse, conscientemente, en un plano positivo, optimista, de esperanza. Aunque suene ficticio, la mente nunca sabe si es verdad o mentira lo que te dices a ti mismo, pero le hace caso a lo que te crees.
Analiza la sabiduría de la siguiente historia, que demuestra una analogía de cómo, a veces, es la vida.
Una caravana atravesaba el desierto, en uno de esos días bien calurosos. Llegó la hora del descanso y un camellero se preparaba para asegurar a los camellos a las estacas cuando verificó que faltaba una de ellas. No sabiendo cómo resolver el problema, consultó con el jefe de la caravana.
¡No hay problema!, respondió él.
Los camellos están tan habituados a estar atados que si finges que lo atas a una estaca, él pensará que está preso y ni siquiera intentará salir del lugar.
El camellero así lo hizo y el camello quedó allí toda la noche.
Cuando amaneció, el camello estaba tranquilo, esperando por los acontecimientos del nuevo día.
Cuando llegó el momento de la partida, un acontecimiento curioso comenzó a suceder. El camello simplemente se negaba a salir del lugar, aun cuando era tironeado con toda la fuerza.
Sin saber qué hacer, el camellero nuevamente buscó al jefe de la caravana.
Este al ver la situación, le respondió: Hombre, ¿Qué has hecho ayer?
¿No fingiste que lo ataste a la estaca?
Entonces haz lo mismo hoy,
¡finge que lo desamarras!
El camello, apenas el camellero fingió que lo desataba de la estaca imaginaria, recomenzó la caminata.
Así como el camello, muchas veces nosotros también nos sentimos presos a nuestras "estacas mentales". Pero hoy ya sabes algo nuevo, esas estacas tienen siete veces más poder, que cualquier otra cosa en tu vida. Te convierten en lo que eres.
Por ello, identifica tus estacas, sácalas de donde estén, y comienza a transitar una vida más libre, más ligera, menos pesada, delicadamente menos enrollada.
Un mensaje final
Nunca es tarde para ser mejor.
Siempre Hoy es Ideal.
Y, para qué esperar, si ya puedo comenzar
shekina